×

Lecciones de Chakras

Cómo revitalizar tus siete centros de energía

Introducción

Vitalidad. Todo el mundo lo anhela, pero en el mundo complejo y estresante donde vivimos actualmente pocos sabemos cómo atraerla, y mantenerla.

Ello se debe a que la verdadera vitalidad es más que dormir bien, tomar vitaminas o hacer pesas. La verdadera vitalidad es física, emocional y espiritual.

La vitalidad es el resultado de entender cuál es el recurso natural más importante con que cuentas: la energía.

Y se produce cuando sabes cómo establecer un sólido vínculo con tu fuente de energía. Cómo despejar los bloqueos que te impiden esa conexión.

Cómo controlar el flujo de energía de modo que puedas expresar tu pleno potencial.

La sabiduría que desde tiempos inmemoriales se ha cultivado en las doctrinas espirituales del mundo tiene mucho que enseñarnos a propósito de la ciencia consistente en revitalizar cuerpo, mente y alma.

De continuo estas tradiciones refieren siete niveles del ser y siete centros desde donde se realiza el intercambio de energías entre el mundo espiritual y el nuestro.

Los siete cielos del judaísmo, los siete niveles del Árbol de la Vida de la cábala, los siete sacramentos del cristianismo, los siete chakras del hinduismo y el budismo, todos ellos constituyen formas de describir ese vínculo con niveles más elevados de conciencia espiritual cuyo objetivo es acelerar el flujo de energía desde el Espíritu hasta la materia, desde el cielo hasta la tierra, desde dentro hacia afuera.

El punto de partida es la antigua ciencia oriental de los siete centros de energía del cuerpo, llamados chakras.

La red establecida por los chakras conforma una guía al estilo de un mapa de carreteras, que te permite explorar tus mundos físico, emocional y espiritual.

Ya que por cuanto respecta a ti y a tu vitalidad, la cosa es más compleja de lo que parece a simple vista.

Presentación sobre los chakras

Coordenadas del Espíritu

Nuestros centros de energía operan a niveles sutiles, no visibles al ojo físico.

Y sin embargo afectan en todos los aspectos de nuestra vida, incluidas la vitalidad, la creatividad y el bienestar.

En pocas palabras, piensa en los centros de energía como en estaciones emisoras y receptoras de la energía que fluye hacia ti, a través de ti y desde ti a cada momento.

Cada centro funciona como un transformador reductor que transporta esta poderosa energía desde el Espíritu hasta un nivel diferente de nuestro ser, nutriendo el cuerpo, la mente y el alma.

Y cada uno de estos centros desempeña un papel especial en el proceso del día a día y en el crecimiento espiritual.

Los siete centros principales de energía se hallan situados en los niveles etéricos de nuestro ser sobre la columna vertebral: en la base de la columna, en el punto intermedio entre la base y el ombligo, en el ombligo, en el corazón, en la garganta, en el entrecejo, y en la parte superior de la cabeza.

Todos hemos experimentado alguna vez el fluir de la energía por nuestros siete chakras, nos hayamos dado cuenta de ello o no.

La energía del chakra de la base de la columna nos permite conectarnos con la tierra y la naturaleza y tener los pies firmemente asentados en el suelo, es decir, ser prácticos a medida que vamos dominando el día a día, el nivel físico de la existencia.

Dicho chakra, junto con el de la sede del alma, rige nuestra sexualidad. El chakra de la sede del alma nos transmite las reacciones viscerales y los presentimientos, y a través de él liberamos a nuestra alma con objeto de que lleve a cabo el plan de su vida.

A través del chakra del plexo solar, que es nuestro centro de la paz, expresamos y dominamos nuestras emociones y nuestros deseos.

El centro que reside en el corazón nos inspira compasión y generosidad para ser amor en acción.

El centro de la garganta nos permite acceder al tremendo poder de la voluntad y de la palabra hablada con el fin de generar cambios personales y mundiales.

Gracias al centro del tercer ojo nos concentramos, vemos con claridad una situación y contactamos con la verdad suprema.

Por último, el chakra de la coronilla nos enlaza con nuestro intelecto, nos permite recibir repentinos destellos de iluminación y experimentarla.

Los chakras son puntos de contacto con las dimensiones de nuestro ser que trascienden el físico pero encajan en él. Podríamos decir que son coordenadas del Espíritu situadas dentro de nuestro cuerpo.

Es antiguo el concepto de que el mundo espiritual se refleja en el material.

Como es el átomo, es el universo”, afirman los Upanishads. “En el interior de una semilla de mijo cabe encontrar todo un universo… En la pupila del ojo, un cielo infinito”, escribió el poeta sufí Mahmud Shabestari.

El famoso axioma hermético reza: “Como es lo grande, es lo pequeño; como es arriba, es abajo”. Expresándolo de otro modo, cabría decir que el patrón del Espíritu está indeleblemente grabado en el tejido de nuestro ser.

Los sabios y los sanadores del mundo explican que como consecuencia de nuestra resonancia con lo divino, el poder de curar se encuentra dentro de nosotros mismos.

El vidente y sanador del siglo xx Edgar Cayce, por ejemplo, enseñó que toda curación procede del hecho de “armonizar cada átomo del cuerpo, cada reflejo de las fuerzas del cerebro con la percepción de lo divino” que yace en el interior de cada átomo y célula del cuerpo.

También sostuvo que la verdadera curación solo puede producirse una vez que ha despertado el yo espiritual.

Los siete centros de energía de nuestro cuerpo son la puerta de entrada a ese yo espiritual. Cuando entendemos cómo funcionan, podemos colaborar con ellos para restablecer el equilibrio en nuestro cuerpo, mente y emociones con su verdadera naturaleza.

Las ruedas de la vida

La palabra chakra en sánscrito significa “rueda” o “disco”.

Se utiliza un loto con distinto número de pétalos para ilustrar simbólicamente cada chakra. Cuantos más pétalos tiene, mayor es su velocidad o vibración.

Los antiguos sabios enseñaban que la fuerza vital espiritual primordial (conocida como la kundalini) se encuentra sellada en el chakra situado en la base de la columna.

Podemos liberar esa poderosa energía latente por medio de actos de amor, servicio a la vida, meditación y oración.

Al elevarse la kundalini por la columna, activa cada chakra que atraviesa provocando el giro de la “rueda”, el florecimiento del “loto”.

Al séptimo centro de energía, el chakra de la coronilla, se lo denomina el loto de mil pétalos. Cuando está totalmente abierto alcanzamos lo que los budistas llaman “la iluminación”.

Las estatuas y tankas muestran imágenes de budas, los cuales han llegado a ese estado, con un aura de fuego en torno a su cuerpo y una protuberancia semejante a una llama, que brota de la parte superior de su cabeza.

Los artistas cristianos ilustran ese logro por medio de un halo dorado que rodea la cabeza de los santos.

Al girar, cada centro de energía emana su propia frecuencia y color singulares que van parejos con uno de los siete rayos de luz del arco iris.

Si nos pudiéramos ver a niveles espirituales observaríamos, no obstante, que la luz que sale de cada chakra varía en intensidad y pureza según esté la energía que fluye del canal de nuestros chakras: equilibrada o bloqueada.

Las emanaciones más potentes y puras indican un flujo de energía poderoso y equilibrado.

Las emanaciones más débiles y apagadas son indicio de un bloqueo del flujo de energía en ese chakra.

Cuando un centro de energía se encuentra bloqueado puede que sintamos fatiga o problemas de salud, desequilibrios emocionales y letargo. Cuando la energía fluye libremente por un centro de energía nos sentimos enérgicos, creativos y tranquilos.

Ejercicios

Crea un espacio sagrado

Un espacio sagrado te ayudará a conectarte con tu corazón. Es el lugar a donde vamos para crear un cambio y una transformación.

Puedes erigir este lugar, incluso si está en una esquina de tu dormitorio o de tu sala.

Encuentra un lugar especial en tu hogar donde puedas erigir un espacio sagrado. Puedes adornarlo con lo que es espiritualmente significativo e inspirador para ti, como velas, cristales, flores o plantas.

Comienza a activar tus chakras

Esto no siempre es fácil, pero es un paso vital. Donde quiera que estés, tómate un momento para estar en paz.

Toma tres respiraciones lentas y profundas. Céntrate en tu corazón. Intenta entonar el Om. Esto te ayudará a completar las lecciones.

Comienza un diario para tu viaje

Comencemos con un ejercicio simple.

Responde esta pregunta: escanea mentalmente tu cuerpo y observa dónde sientes la energía bloqueada. Esto podría ser dolor, incomodidad o simplemente una sensación diferente. Anótalo. Esto te ayudará a identificar qué chakras están bloqueados.